QUE BUENOS ENCUENTROS
Al fin comienzo a escuchar pajaritos en las mañanas, y siento que el tenue sol calienta de apoco mis huesos y mi carne fatigada, de fin de año. Los ciclos se cumplen iremediablemente, o menos mal, entonces, estoy tratando de bienvenir a la primavera, con todo lo que ella trae consigo y de dejar esta costra oscura que estaba envolviendo mis miradas.
Así que partí a ver a mi amigote poeta, partí con monos y petacas hasta Purranque, y llegué de sorpresa como a las seis de la mañana, de allí en que desperté a mi amigo, no paramos de comer y de beber hasta que me vine, el domingo. La Vivi nos preparó un pie de limón con frambuesas intercaladas, mmmm, ya lo quisieran haber probado algunos sibaritas que yo conozco. Debo reconocer que comimos de todo, vegetales, carneos, pastas, finas hierbas, hierbas de provenza, mostos de Chile, un escocés que tenía guardado el amigo..., algo de cine y mucho de amistad y conversa.
Así son los encuentros, inesperados, te asaltan derrepente y te dejan "marcando ocupado" un buen rato, pensando en los momentos vividos y los que se podrían vivir.
En fin, les quiero regalar una receta que me gusta mucho, unos fetuccinis hechos con tinta de calamar ( lo que les da un color negrísimo y contrastante con un plato blanco), acompañados de una salsa bicolor de piures y picorocos (se imaginan) y una ramita de orégano fresco. Mmmm, que rico...
Los fetuccinis se pueden comprar en el supermercado, pero cuando son frescos y hechos en casa son mucho mejor. Harina, huevos, sal, aceite de oliva, tinta de calamar. Se mezcla todo, se trabaja en un mesón, se deja reposar, luego se uslerea y se corta (también se puede hacer en una máquina para hacer pasta), se hacen nidos y se dejan secar.

Los picorocos son un poco mas complicados, se pueden comprar crudos (vivos=frescos) o comprar cocidos (para esto es preferible tener un "casero" de confianza). Estos crustáceos, son muy ricos, se pueden cocer a las brasas, en la parrilla, al vapor, etc. Sigo.
Desmenuzamos los picorocos, cortamos algunos puerros, la parte blanca, ajo, oliva, aguardiente, vino blanco, veloute de pescado, vino blanco. El puerro se corta en trozos finos, pequeñísimos, se saltea acompañado con el ajo en iguales condiciones, un poco de sal, alg de pimienta blanca, agregamos la carne del picoroco, seguimos salteando, flambeamos con un chorrito de aguardiente, apagamos con vino blanco y agregamos la veloute de pescado (especie de salsa bechamel, donde la leche se reemplaza por fondo de pescado), dejamos que tome la consistencia deseada, rectificamos condimentos y reservamos.
Luego aparecen los piures, ya han sido sacados de la percha, los ojos de rojo intenso y olor extremadamente marino, se sienten desde lejos (si quieren pueden tomar uno o dos y comerlos así. Sentiran el sabor intenso, oceánico); tenemos una cebolla, una o dos anchoas, algo de ajo, sal, salsa de tomates, coñac, vino blanco, oliva extra virgen, pimienta fresca recién machacada, un toque de orégano. La cebolla en el clásico brunoise fino, el ajo también, los piures cotados en trozos no muy pequeños. Salteamos la cebolla, agregamos los piures, los ajos y los condimentos, cuando esté salteado, flambeamos con coñac, apagamos con vino, agregamos salsa de tomate y dejamos estofar hasta que se logra la consistencia deseada. Luego reservamos.
La pasta la ccemos en una olla grande con mucha agua, si quieren pueden agregar una hoja de laurel, algo de sal y aceite al agua, hay quienes plantean que debe ser agua sola, hay quienes le ponen infinidad de aliños, yo lo dejo abierto, Uds. deciden. Cuando el agua hierva, agregamos los nidos de fetuccini, los dejamos unos minutos y los sacamos cuando estén al dente.
El montaje puede ser un juego de ying y yang con las salsas y el universo con los fetuccini.
Buen provecho amigos y amigas queridos y queridas , amigos y amigas reencontrados y reencontradas y amigos y amigas que estan por llegar.
Un abrazo