jueves, diciembre 27, 2012

Tomé; galaxia marina

Hoy almorzamos con Gabriela, mi amor, en Tome. Frente al mar, en unas mesas azules en el sector del muelle "Donde Armando". Un buen día, soleado y con brisa marina para compartir almuerzo en esta galáctica  caleta de Alfonso Alcalde, donde a cada paso puedes encontrar un Trúbico o un Salustio, prontos a contar algún cuento de amor, o de mar o de magia tomecina.

Estábamos en el goce de la brisa y llegaron empanadas de machas y queso y empanadas de mariscos, algo así como para juntar apetito. En realidad, yo prefiero las "Chaparritas"; de esas que hace Evelin Chaparro en Lenga, otra caleta de mi zona. Allí las machas cocidas (en mi zona la gente llama machas a las navajuelas) se juntan con un trozo de queso y un par de cucharadas crudas de cebolla cortada en cubos que alguna vez quisieron ser brunoise, un poco de cilantro y de merquen, y directos a la fritanga generosa.

Pero en Tomé, las empanadas estaban bien buenas , buenas machas, buen queso, buenos mariscos... delicioso prefacio de dos platos suculentos del sabaritismo de orilla de mar.

Primero una Paila Marina, sabor de juego montuno mar y tierra, cholguas, machas, langostinos, chapes, choros, picoroco, carne de jaiba, longaniza, huevo frito, trozo de congrio dorado, cebolla, cilantro, limón y un adivinado blanco pipeño que le agrega cuerpo al sabor del caldo, logrado en el continuo suave del fuego y de las cocinas.

Luego un mariscal caliente; casi los mismos mariscos, pero sin el agregado de longaniza, hacen una armonía de sabores mucho más marina, logran que los mariscos navegando en suntuoso caldo lleguen al paladar con  el ritmo de las olas de mar, así continuo y abundoso de fondo marino.

Les conté que había sol y una brisa marina casi fría para contrastar con lo caliente de la paila y el mariscal...

Tomé del Javier, del Chaskui, de la Ruzz, del Chimichurri, Tomé de Alfonso Alcalde, del Chago y de tantos otros, esta Galaxia no para de traer sabores de antes a nuestros paladares de hoy.

Salud y Libertad



miércoles, diciembre 26, 2012

Volver

Decido volver, a esta hora, ya "con la frente marchita", pero el apetito intacto. 

Hay tantas cosas que unen estas letras; la necesidad de conversar, la necesidad de comunicar, la necesidad de contar cosas que pudieran ser inútiles para algunos, aburridas para otros, extrañas, fomes, olorosas, descarnadas, picantes, raras o que se yo...

Estuvimos de cena navideña, la familia, los amigos, Gabriela (mi amor) y nos juntamos doce (casi trece), en nuestra casa a regalarnos con la buena mesa y el buen reír; con la buena conversa y el mejor beber.

Comenzamos con una entrada de pollo relleno con verduras, sobre un lecho de lechuga, salsa agridulce de arándanos, limoneta o vinagreta a elección y algunos brotes de helecho y espárragos de mar chilotes (mayonesa casera de Diego, una con ajo y ciboulette  y otra con champiñones y merkén ... buenísimas).

Descansamos cerca de cinco minutos para esperar la continuación de la mano de una tradicional y viejísima carne a la olla (adobada en vino y especias por un día), acompañada de un gratín de papas, salsa de champiñones y verduras salteadas.

Buenos vinos tintos, buenas cervezas e incluso bebidas de fantasía para los menores y los herejes, en fin...

Una buena navidad, una buena fiesta del sol, un buen momento para reunirnos y un buen momento para retomar la escritura.

Salud y Libertad