miércoles, noviembre 25, 2009

placeres

En ocasiones me he sentido sorprendido de los sabores que llegan a mi boca... muchos han sido los que he probado en diversos lugares, condiciones, estados de ánimo, situaciones; pero hay algunos que no se olvidan ni se transan.
Una vez hace años, un estudiante me hizo la siguiente pregunta: - oiga profe, Ud. que ha viajado por tantos lugares y ha podido comer tantas cosas, ¿cuál es el postre que más le gusta?-
Me fui mentalmente a varios postres que me gustan o me habían gustado en algún momento, visité una crème brulee, algún helado, postres variados y por fin mi respuesta (inesperada) - la leche asada que hace mi mamá-.
Es cierto, la comida debe evocar, debe emocionar, debe transportar al comensal a su nirvana personal; la comida debe (desde mi punto de vista) no sólo nutrirnos, si no también hacernos felices.
Uno de los ingredientes más importantes de la comida -dice mi hija Aurora- es el amor.
Eso mismo repetía esta mañana Carlina, una alumna de mi jefatura mientras yo evaluaba su plato en el módulo de entradas frías y calientes y estaba tan rico, tan rico; que les pedí que me regalaran un trozo y les tomé una foto para hablar de ellas, de su "Quiche de machas con carne de jaiba", y de la sensación de bienestar y placer que me provocó el comer su entrada.
Este quiche es una receta relativamente sencilla:
masa brisee
carne de jaiba
navajuelas (aquí se les dice machas)
cebolla
perejil
sal
un toque de ajo
un toque leve de comino
royal (mezcla de leche con huevo y crema)
un poco de vino blanco
y mucho amor dijo Carlina
Se amolda la masa se rellena y se pone a hornear hasta que cuaja y se gratina. Se sirve tibio y se puede acompañar de una ligera velouté de pescado.
Delicioso.
Tarde en la noche, fui a visitar a mi madre, cocinera de sabores de ensueño y de lengua filosa; fui a darle algunos besos y en medio de los saludos me dijo -¿quieres carbonada?-
Fue una deliciosa forma de terminar el día.
Me siento honrado y más que premiado el día de hoy por la posibilidad de encontrarme con estos excelentes plato y estos sabores tan especiales.
Me gusta la cocina tradicional, la cocina honesta, la cocina que se entrega con amor y se recibe con amor también.
Un abrazo


viernes, noviembre 20, 2009

ser chorero

Estaba pensando esta mañana, mientras hacía una clase y mis estudiantes trataban de acordarse del vocabulario técnico de gastronomía, sobre cuál sería el significado de sentirse o ser "chorero".
Ser chorero en Chile, significa que has nacido o vives en Talcahuano; importante puerto militar industrial y pesquero de la región del Bío Bío.
Pero, ser chorero es un poco más que eso...
Pienso en el mar (la mar como le llaman los pescadores y los poetas), pienso en las olas, en los botes que llegan todos los días cargados con pescados y mariscos, pienso en la gente del puerto que vive y convive con las ruidosas gaviotas, pienso en las conversaciones con el Pio en el terminal pesquero y sus recetas infalibles para preparar vilagay o chancharra o chalacos; con historias de su infancia cargadas de sabores, aromas y aventuras a la orilla de la mar.
Es tarde en la noche, escucho desde mi ventana (o imagino escuchar) el ruido de las olas; estoy solo, pensando en un plato para preparar mañana, pensando en salir temprano a buscar una chancharra y preparar una buena sopa, o un chalaco (del que hemos hablado antes), o un rollizo duro y sabroso para un estofado.
Cierro los ojos, evoco los últimos sonidos del puerto y duermo entre las olas...
Un abrazo